El Camino inicia su recorrido en la desembocadura del río Ebro y desde las poblaciones de Deltebre, Amposta y Tortosa, prosigue aguas arriba hacia Zaragoza. Luego recorre tierras de la Ribera de Navarra, para llegar a Logroño (La Rioja) y unirse al Camino de Santiago. En Escatrón y El Burgo de Ebro (Zaragoza), se le une los Caminos del Maestrazgo y del Bajo Aragón que provienen de Castellón, y en Pina de Ebro (Zaragoza) y se une al Camino Catalán que proviene de Montserrat.
Origen Histórico
Históricamente ha servido a los peregrinos hispanos asentados en las feraces tierras regadas por el río Ebro, así como a los peregrinos de los países ribereños mediterráneos que venían a desembarcar en las proximidades del delta del Ebro. Territorialmente recorre las comunidades autónomas de Cataluña (Tarragona), Aragón (Teruel y Zaragoza), Navarra y La Rioja.
El Camino a su paso por Quinto.
El Camino es ancho, recto y liso, y transcurre todo él entre huertas y campos de cereal. Saliendo del pueblo de Gelsa junto a la carretera A-1105 que se dirige hacia el río Ebro, por ella lo cruzamos a través del nuevo puente y ya en la otra orilla encontramos la ermita de Nuestra Señora de Matamala hacia la izquierda, aunque nosotros continuamos hacia la derecha.
Nuestro camino se aleja de la carretera al rebasar el recodo del río, junto a una estación de bombeo. Pasamos junto a la subestación eléctrica de Quinto, cruzamos la acequia del Prado y seguimos su curso, alejándonos de las vías del ferrocarril, pasando junto a una depuradora, por el Camino de la Estación hasta llegar a un complejo de naves industriales que tienen el mismo nombre de Camino de la Estación y donde volvemos a encontrarnos con las vías férreas cuyo trazado seguiremos hasta entrar en Quinto.
Lugar de unión de los Caminos Jacobeos catalanes, el que procede de Montserrat y Lérida, y que entra en Aragón por Fraga, y el que ahora estamos recorriendo y que comienza en San Carlos de la Rápita. Posee la villa una hermosa iglesia mudéjar dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, cuya silueta domina toda la villa y su contorno y que hoy alberga el único museo de momias de España.
Al acercarnos a las primeras casas giramos hacia la izquierda, por la calle del Puerto, para alcanzar la avenida de la Constitución, por la que recorreremos el pueblo hasta su salida. En ella el camino se desvía hacia la derecha y se dirige de nuevo hacia las vías del tren, camina junto a ellas unos metros y, ya en las inmediaciones del Ebro, las cruza para acercarse a las orillas del río.
El camino hace ahora un amplio arco entre las huertas para volver, más adelante, a acercarse a las vías del tren, este ir y venir a las vías se mantendrá durante unos kilómetros hasta adentrarnos en el término de Pina de Ebro y Fuentes de Ebro.
Información obtenida de la web: www.caminosantiago.org